Esta mañana ha tenido lugar la apertura del Año Judicial, cuyo acto ha comenzado con la celebración de la Misa del Espíritu Santo, en la capilla de Los Vélez de la Catedral, presidida por el Obispo de Cartagena, Mons. José Manuel Lorca Planes. Le acompañaban el Obispo auxiliar, Mons. Sebastián Chico; el vicario general de la Diócesis, Juan Tudela; el vicario Judicial, Gil José Sáez; el vicario Judicial de la Diócesis de Jaén, Andrés Segura; así como los sacerdotes jueces diocesanos, defensores del Vínculo y auditores.

El Obispo, en su homilía, ha agradecido la labor que realiza el Tribunal Eclesiástico y ha recordado que el matrimonio “es un milagro en el que cuidarse y quererse siempre a pesar de los negros nubarrones”, donde es posible la esperanza y la comunión. “El amor es un regalo capaz de unir dos vidas. La fe cristiana se juega en campo abierto, pero cuando un alma está herida, la infección que causa contagia a todos, incluso a los que más quieres. Hay que volcarse y estar cercano siempre, dedicando el tiempo necesario para ayudar a los que nos necesitan”, ha subrayado Mons. Lorca.

Tras la Eucaristía, en el salón de actos del Obispado, el vicario Judicial de Jaén ha ofrecido a los asistentes una disertación sobre “Mitis Iudex Dominus Iesus. Aplicación a los tres años y medio de su entrada en vigor”. Andrés Segura ha hablado de la vigencia de las nuevas normas sobre la reforma del proceso canónico, establecido por el Papa Francisco, para las causas de nulidad matrimonial. Ha dividido la lección inaugural en cuatro capítulos: los antecedentes y el contexto donde surge esta reforma procesal para las causas de nulidad matrimonial; el contenido y principales novedades introducidas por esta reforma; la aplicación de dicha reforma, en cada una de sus novedades, así como en una visión geográfica de la misma; finalizando con unas consideraciones sobre los retos, desafíos e interrogantes que aún quedan por afrontar en la puesta en marcha de esta importante reforma en la Iglesia.